Revolución según la Ilustración

Con la llegada de la razón y el pensamiento ilustrado, cambió la noción del tiempo. Al mismo tiempo muchas palabras emergieron o cambiaron

La Ilustración fue el centro de gestación del hombre de la modernidad. Sus pensadores, sus revoluciones, sus obras; fueron modelando ese sujeto moderno que se desprendía del pasado esclavo, de los dogmas que lo ataban y no lo dejaban ser libre, autónomo, y comenzaba a enhebrar una sociedad nueva, justa, donde las consciencias se independizarían y eso llevaría al desarrollo, al progreso, para dar con una sociedad superadora. Esto daba lugar a la aparición, también, de palabras. Nuevos y viejos términos resignificados que llenaban de sentido esas ideas y sueños del pensamiento ilustrado. Libertad, igualdad, equidad, fraternidad, autonomía, ciudadano, democracia; son ejemplos de aquellas invenciones y cambios de sentido que se llevaron a cabo en el siglo XVIII.

La modernidad cambió rotundamente el eje de significación. Hasta entonces, Dios era lo que daba sentido al hombre, le asignaba un lugar en la sociedad, y su vez, le daba sentido a las palabras, los lenguajes y las formas de comunicación. La Ilustración, para romper con ese momento de sujeción, debía reinventar la sociedad. Así como cuando triunfó la Revolución Francesa en 1789 intentó imponer un nuevo calendario, nuevas medidas métricas, desde la raíz del pensamiento ilustrado se encuentra la gestación de estas nuevas palabras, estos nuevos sentidos, que daban cuenta de la transformación profunda de las costumbres, de las relaciones sociales, de las estructuras filosóficas, de las relaciones de los hombres entre sí.

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