Contraste: Argentina/España

Hay muchas diferencias entre nuestra cultura y la de nuestra madre patria, por ende las habrá también en los distintos componentes que la integran; tal como el deporte, tal como el fútbol. Es esta la razón por la cual no me voy a poner a marcar las diferencias ya que eso llevaría un largo trabajo donde habría que pasar por demasiadas instancias donde algunas serían muy obvias y carentes de interés.

Esta claro que el fútbol argentino se vive con mucha pasión y con algunos detalles coloridos que serían muy difíciles de encontrar, por lo menos su orígen, inlcuso en Sudamérica, ni hablar del frío viejo continente. Esa pasión viene acompañada de hechos bochornosos que terminan en verdaderos desastres y donde se mira hacia el este para encontrar paños fríos. A su vez, a la hora de establecer una comparación, se pone la "pasión", calidez y color de nuestro fútbol como una ventaja, que crea un espectáculo que supera cualquier partido del otro lado del charco.

En definitiva, se trata de establecer un balance en el que se logré un fútbol como el nuestro, pero con más respeto a los rivales, hacia la autoridad y hacia la humanidad misma, algo que por lo menos yo creo imposible de lograr, excepto a un larguisimo plazo con cambios culturales de 180 grados. Llendo a los hechos, a lo importante del artículo, esta semana se vio el perfecto contraste del fútbol argentino y su cultura, y el eurupeo y la suya, por lo menos española, uno de nuestros antecesores más directos.

Pudimos ver como en la misma semana All Boys se consagra campeón de la primera B en condición de visitante con Atlanta, en Villa Crespo. Necesitaba los 3 puntos para salir campeón y ascender en forma directa, ganaba el partido 2 a 0 y los hinchas de Atlánta (en las categorias de ascenso del fútbol argentino no se permite la concurrencia de público visitante) no aguantaron que un rival este coronándose en su territorio y tomaron la desición de suspender el partido a los 40´del segudno tiempo trepándose del alambrado.

El día siguiente, del otro lado del mundo, el Real Madrid debía jugar en su cancha con su histórico rival (con el cual no solo a existido rivalidad deportiva si no que también política, con una guerra civil en el medio), el Bercelona. El Real Madrid ya había obtenido el título unos días antes tras una victoria en la que dio vuelta el resultado con el tiempo de juego cumplido; en España se realiza una histórica ceremonia en donde el campeón ingresa al campo de juego de su partido posterior inmediato a la consagración através de un "pasilllo" formado por los rivales de turno. El azar estableció que ese pasillo, que tiene como objetivo agasajar al campeón, se lo tengan que realizar los jugadores del Barcelona.

Esto no significa ninguna complicación, ni prohibirle al público catalán visitar el Bernabeu, ni traspasar el pasillo para otra fecha, excepto alguna mala cara de un jugador (Schuster, entrenador del Real Madrid, jugó en el Barcelona y le tocó hacerle el "pasillo" al Real Madrid, el pasillo se llevó a cabo sin inconvenientes, pero el hoy entrenador del conjunto merengue, decidió no participar, mesclándoze entre los fotógrafos) o de todos debido a oviamente no ponerse alegre por el triunfo del rival sobre uno mismo (no es ese el ideal tampoco) la ceremonia se llevará a cabo con el debido respeto.

He aquí el contraste.