Felíz Cumple Diego. Que llegues bien Néstor.

Video homenaje a Néstor Kirchner y Diego Armando Maradona

En mi guarida crié con ese odio, que no sabía porque, pero brotaba solo. El proceso de Kirchner coincidió con mi formación intelectual más profunda hasta el momento. Aprendí a pensar. Mal o bien. Pero pensar por mis propios medios, poder disentir en una mesa familiar. Clave.

Mi vínculo es completamente subjetivo y lo reconozco. Ni yo puedo saber que es lo que verdadéramente me significa. Pero mi decodificación está totalmente subordinada a esa rebeldía hacia todo eso que me inculcaron. Y ahora lo vomito. Lo vomito literalmente, con desagrado, con bronca. Desde ahí pienso y analizo.

¿De qué les voy a hablar? , pensaba, ¿de la Escuela de Frankfurt? Me darían la razón, sin despeinarse, aburridos. Sin escucharme. Sin poder escucharme. Es ahí donde mi mecanismo de defensa se hizo lugar y encontró a este hombre. El que en esos momentos me permitía discernir. Al que culpaban de todos sus males, sentados en sillas de plata, atrás de sus muros inmensos, donde los males no son tales. Por qué ellos no odian a Marx. No saben ni quien fue. Entonces tenía que agarrarme de algo. No podía permitirme coincidir cuando los escuchaba hablar. En nada.

Si lo pensaba dos veces, daba un paso atrás. Las clases de trotskismo me acomodaban, y volvía a una posición crítica. Pero esa primera sensación de reacción no se puede obviar. Así como no se puede obviar la Plaza Llena, de manera espontánea y verdadera. Real.

La Plaza está lejos para muchos. Mucho más lejos para otros. Veía la tele, y se veía eso, la tele. Primer colectivo. Nada. Segundo Colectivo. Menos. Pero en el subte empezó. Una madre joven, muy joven, con una hija a su lado y una rosa del otro. "¿Para llegar a la Plaza sigo hasta Catedral y después que hago? Me preguntó. "Sí. Última estación, subis, y estás en la Plaza", le respondí. "Vamos al mismo lugar", concluí. Su sonrisa me explicó todo. Cuando subí las escaleras entendí todo. Aunque no lo voy a explicar, ya lo sabrás, o no. No puedo hacer nada.

Puedo repetir como un loro los logros. Pero para eso ya hay un programa diario con nombre numérico. Puede que sean auténticos, o no, puro humo, y yo me lo fumé. Pero ver a la Madres y Abuelas tan cerca, bajar al Hijo de Puta de donde nunca tuvo que haber estado, transformar la ESMA en un museo; no son humo, y sí, por ahí lo son, pero un humo espeso, que no se va a esfumar, y que le va a joder al que venga, le va a marcar el rumbo, un rumbo mejor que los anteriores. El resto, la estructura, puede estar eternamente contaminada. No lo sé. Pero ese humo es el legado más grande. Un duro opositor aceptó que hubo un triunfo de Kirchner. Un triunfo cultural

Y sí. Los que lean incorréctamente Marx pueden aseverar que mientras la base económica no cambie, nada pasará. Eso ya está superado, les cuento. El Che es el ejemplo. Lo cultural puede ser el comienzo. Aunque aquél editorialista lo categorice como poco. Para mí es mucho. Para mí cambiar la cultura es fundamental y dificilísimo. Porque así lo fue para mí. Comprender que lo que pasó en los ’70 fue el comienzo de un proceso, que explotó en los ’90 e hizo implosión en el 2001. Entender el valor de que acudan los presidentes latinoamericanos y no los de más arriba. Impostores. Sanguijuelas. Globalicen la justicia social, si tanto les gusta globalizar.

Me costó mucho entender porque en un barrio cerrado piensan como piensan, y detestan lo público, amando lo privado, lo exclusivo, lo racista, lo excluyente. Ese odio a los pobres, ese miedo a que alguien venga a sacarles lo suyo, como un ladrón, como el que los mata cuando salen a la esquina, o que les aumenta los impuestos para pagar un hospital, una escuela. Porque son vagos, que no quieren trabajar y quieren que el Estado los mantenga. Por eso roban, por eso hacen piquetes, por eso van a actos por choripanes y vino tinto. Gorilas. Lo piensan en serio, sin estudiarlo, sin complejizarlo. Lo heredan y lo llevan a cabo sin asco. De eso me di cuenta, y Néstor me ayudó. No me podía quedar con los textos, no me iba a alcanzar. Era entonces cuando lo escuchaba. “Que te pasa Clarín, ¿estás nerviossho?

La ficha me cayó con los medios. La Ley de Medios hizo clic. Porque yo sabía que era. Y ellos no. Y ellos hablaban, repetían. Ahí entendí como funciona, como actúan a favor de sus intereses, que ni siquiera son suyos. Por eso es importante la Ley de Medios. Al toque megacorporaciones se hicieron las víctimas, llorando por su presunta desaparición. Palabra desafortunada. Mintiendo. Pero esas mentiras les caían bien a muchos. Y yo escuchaba como me repetían como loros asquerosos, “van a controlar los medios”… “¿tanto poder para ellos?”. Todo se acababa cuando yo les avisaba que la había leído, que alguien les estaba mintiendo o habían leído mal. Pero ya era tarde, mi advertencia había llegado 21 siglos más tarde. Los mecanismos ya estaban en marcha.

Seguro yo me comí el caramelo. Pero me tenía que agarrar de Néstor. Desde ahí empecé a ver que significa cuestionar. No será todo, pero algunas cosas. La Sociedad Rural, Clarín, mi entorno, mi mesa. Cuestionar.

En esas mismas mesas el odio es recíproco hacia Maradona. Sus goles lo salvan, aunque no siempre. Pero no se puede cruzar la línea de cal, que se hace explícito el racismo burgués, el odio natural a los pobres, a los enfermos. A los cuestionadores de sus estandartes, a los refutadores de sus fiscalías del universo. A los que los desacomodan. Y eso es Maradona. Eso fue Kirchner. Eso quiero ser. No quiero dejar las cosas como están, no me gustan. Puede ser la juventud, que pega así, y seguro mañana me aburguese. Pero ahora veo eso, con demasiada claridad. Y el Diego fue el primero en mostrármelo. Cada vez que las viejas se tapan los oídos o los viejos me dicen que es un drogadicto. Más lo admiro. Porque les aterroriza que les traiga otras costumbres a sus terrenos, les da miedo que salgan de sus villas, y hablen, y además que sea amigo de Fidel, que su ídolo sea el Che. Como el mío. Aunque el mío es el Diego, pero por eso, porque su ídolo es el Che. Por eso cuestiona, adentro de la cancha, y afuera. Con errores y aciertos, pero siempre siguiendo su instinto, en contra del poder. De la FIFA, del Papa, de Bush. Por eso alentó a los pibes cuando tomaban las escuelas, por eso bancó a Las Abuelas, por eso estuvo al lado de Cristina, en un momento tan importante, como siempre.

Eso representan, por lo menos en mi burda decodificación. La rebeldía, el cuestionamiento de lo establecido. Algo tan valioso, y ellos me lo dieron, me ayudaron a formarlo. Feliz cumpleaños Diego, aunque seas inmortal. Que llegues bien Néstor, aunque ya sos inmortal.