Estudiantes, ejemplo a seguir

Un premio justo para un club que lleva a cabo un proyecto que debe ser imitado por todos los clubes. Desconosco las intenciones de sus directivos, desconosco si todo esta planeado o no. Pero hay algunos aciertos bien marcados.

Ya desde el último paso de Carlos Salvador Bilardo como entrenador (2003-2004), y un poco antes, que se apostó a varios jugadores de las divisiones inferiores, y más importante aún, se los pudo aguantar rechazando ofertas de los clubes grandes acá, y de Europa. Luciano Galleti antes; Ernesto Farías, Juan Krupoviesa, Mariano Pavone, Pablo Luguercio despues, y Marcos Angeleri hoy.

Los que no encontraron lugar, se los dio a prestamo para que no pierdan competencia, en vez de regalarlos como hacen otros clubes. Leandro Desábato, Agustín Alayes y Leandro Benítez jugaron a préstamo en Quilmes, y junto a Rodrigo Braña, hicieron la mejor campaña de Quilmes desde 1978, incluso se dieron el lujo de clasificarlo a la Copa Libertadores, cuando se fueron, descendió.

A su vez, el "Pincha" aprendió que hay grandes jugadores con no mucha prensa, a los que esperando el debido tiempo para que se acoplen al equipo, puede llegar a demostrar todo su nivel. En la Copa, se vieron a Mariano Andújar,Enzo Pérez y Cristian Cellay. Jugadores que fueron suplentes cuando llegaron al club, pero con un correcto tiempo de adaptación se afianzaron, paciencia que no hay en otros clubes. Cristian Sanchez Prette es uno de los que se encuentra en esa etapa, y de a poco va encontrando el altísimo nivel que mostró en Huracán.

No hay que olvidarse de Mauro Boselli, otro acierto del club que lo fue a buscar para darle lo que quería, titularidad. Más Gaston Fernández, a quién superion sacarlo cuando no rendía y era resistido. Otra vez titular, siempre frío e intermitente, pero cuando juega bien, decisivo.

Pero el más importante fue su emblema y capitán: Juan Sebastián Verón. Con todas las ganas de emular a su padre, se ve como deja toda por esa camiseta, muy lejos de ser ese "pechofrío" y displicente que se vio en otros tramos de su carrera. No solo demuestra su indiscutida magia e inteligencia para jugar al fútbol, si no que también se concentra los 90 minutos para ordenar a sus compañeros, intimidar rivales y marcar.
Eso sí, destruído físicicamente por sus años en el la Liga más competitiva del mundo, ese Calcio que exprime a los jugadores y así los deja. La alta copetencia, mantenida por determinadas sustancias dudosas, que deja atrofiados los físicos de los jugadores luego de un tiempo. Aún así, fue figura como muy pocos jugadores los son en un equipo compuesto por 11 jugadores.

Un equipo que se conoce, y que sabe que se hacen las cosas bien, en forma ordenada. Algunas malas rachas se llevaron las cabezas de Jorge Burruchaga y Leo Astrada en el medio. Pero el proyecto sigue intacto, y si nada cambia, los frutos seguirán siendo recogidos.